Filmado a lo largo de cuatro años, desde Chicago hasta la Ciudad de México, este documental crudo e íntimo captura la creación de Corazón Cicatrizado — una obra original y desgarradora, enraizada en las heridas más profundas de México: Ayotzinapa y Tlatelolco, con las cámaras rodando desde el primer día.
El mundo se detuvo. Un grupo de artistas se negó a guardar silencio.
Lo que comenzó como una idea audaz durante la pandemia se convirtió en un acto de resistencia extraordinario: un drama original de tres actos —Corazón Cicatrizado— construido con amor, pérdida, humor y las cicatrices de dos de las tragedias más oscuras de México: Ayotzinapa y Tlatelolco.
Producida de forma remota desde Chicago, ensayada en Ciudad de México y transmitida en vivo durante el confinamiento, la puesta en escena llevó al límite lo que parecía posible. El elenco y el equipo iban y venían. El guion evolucionaba. Los husos horarios chocaban. Y aun así — siguieron adelante.
Desde los primeros experimentos en Foro Lenin hasta una presentación soñada en el legendario Helénico, el camino abarcó casi cuatro años. Las cámaras estuvieron rodando desde el principio, capturando cada logro, cada tropiezo y todo lo que ocurrió en medio.
Corazones Fracturados: La Historia Detrás de Corazón Cicatrizado es un documental crudo e íntimo sobre lo que significa hacer arte cuando todo —el tiempo, la distancia, el miedo, incluso el duelo— te dice que no deberías hacerlo.